Vivimos más tiempo que nunca. La esperanza de vida aumenta anualmente en todo el mundo y se espera que llegue a los 77 años para 2050, en comparación a los 67 años de 2000. Esta es una gran noticia, pero supone un reto para los sistemas sanitarios de todo el mundo. Cada vez más personas se enfrentan a enfermedades relacionadas con la edad, como la diabetes, el Alzheimer y el Parkinson. Además, la población más joven tendrá que atender a un mayor número de personas mayores.
El enfoque tradicional de la atención requiere que las personas mayores realicen costosas e incómodas visitas a hospitales o clínicas, y que los equipos de atención domiciliaria las examinen físicamente. Ese enfoque se está volviendo cada vez más insostenible, ya que hay muy pocos cuidadores y muy poca financiación para proporcionar a todas las personas mayores la atención en la que han confiado tradicionalmente.
Technology Enabled Care (TEC) ofrece una solución rentable e innovadora, ya que los cuidadores pueden supervisar la salud de las personas usuarias del servicio de forma remota, continua y discreta. TEC también puede utilizar la inteligencia artificial y el aprendizaje automático (machine learning) para detectar condiciones médicas y predecir accidentes, basándose en sensores que supervisan el comportamiento, el estado físico y el entorno de la persona usuaria. Los cuidadores pueden recibir alertas automáticas si una persona usuaria se mueve de manera inusual o inestable, lo que podría indicar un accidente cerebrovascular, desorientación o desnutrición y, por lo tanto, se puede desplazar al hogar de la persona usuaria antes de que tenga un accidente, como una caída.
Los sensores pueden llevarse puestos o instalarse en la casa de la persona usuaria para crear «hogares inteligentes». Pueden monitorizar las constantes vitales como la presión arterial, la respiración y la frecuencia cardíaca. Los sensores químicos pueden detectar cambios en el sudor, la saliva o el azúcar en sangre de la persona usuaria, lo que podría indicar una serie de complicaciones médicas que, de otro modo, podrían pasar desapercibidas durante días o meses.
Algunos TEC ya se están convirtiendo en habituales, como la monitorización remota. Al instalar una cámara como Careium Visit en el hogar de una persona usuaria del servicio, por ejemplo, en su dormitorio, el personal de atención domiciliaria o un operador de alarmas tienen la posibilidad de vigilar a la persona usuaria por la noche, sin tener que ir a su casa y arriesgarse a despertarlo. Esto también permite a los cuidadores dedicar más tiempo a visitas sociales provechosas durante el día. Por ejemplo, en el municipio sueco de Uddevalla, la monitorización remota ha supuesto una reducción del 25% en los cuidadores nocturnos, que ahora trabajan en turnos de día.
La mayor ventaja de estas soluciones tecnológicas es que ayudan a las personas mayores a ser más independientes. Es más fácil y menos aterrador vivir en casa, mantenerse físicamente activo y salir sabiendo que alguien recibirá una alerta o acudirá a su ayuda si necesita ayuda.
Las principales prioridades para garantizar la expansión de TEC es hacer que la tecnología sea fácil de entender y discreta. Las encuestas muestran que las personas más jóvenes están más abiertas a la idea de ser supervisadas por máquinas y asistidas por robots, mientras que las personas mayores siguen siendo más escépticas. Los estudios han demostrado que es mucho más probable que las personas adopten la tecnología TEC y vean las ventajas si tienen la oportunidad de probarla. Por ejemplo, un estudio de la Asociación Sueca de Autoridades Locales y Regiones reveló que el 95% de los que prueban cámaras nocturnas prefieren seguir utilizándolas. Sin embargo, el factor más importante es hacer que la tecnología sea segura, fiable y fluida, que es precisamente por lo que nos estamos esforzando tanto en Careium.